Como en muchas otras ciudades, la actividad histórica y cultural de Milán parte de su centro, integrado principalmente por el Duomo y sus alrededores.
Del Duomo no os centréis únicamente en la catedral en sí, sino también en los tejados y sus más de 3500 estatuas (guglia), que se pueden observar tomando un café o comiendo en la planta 7ª de la Rinascente. La madonnina es el símbolo de la ciudad y es la estatua dorada que corona el punto más alto del Duomo. Antes de entrar, admirad las puertas de bronce de la entrada principal. En el interior, son impecables las vidrieras, la cripta, el museo y el clavo de la cruz de Cristo (lo señala la luz roja de la bóveda), que se muestra al público cada 14 de septiembre. Un consejo: si vais a entrar en el Duomo, prestad atención si sois un grupo superior a 4 miembros, porque os harán pagar el uso de una audioguía en todo caso. No pagan las personas discapacitadas, niños, acompañantes y guías.
Una forma alternativa de disfrutar de la plaza del Duomo es comiendo en el restaurante del Museo del Novecento, Giacomo Arengario, pues una zona de mesas es un ventanal sobre la misma plaza. El propio Museo del Novecento, inaugurado en el 2010, merece ser visitado por la cantidad de obras interesantes expuestas de todo el siglo XX y su interés artístico. Por otro lado, su estructura permite la visita a usuarios con silla de ruedas o sillas de paseo para niños.
A mano derecha encontraréis il Palazzo Reale, donde se realizan exposiciones de sumo interés, cuyos programas se pueden consultar en la página web. A mano izquierda, sin embargo, está la conocidísima Galleria Vittorio Emanuele. No olvidéis buscar el toro bajo la cúpula, poner el talón encima y girar.
Al Noroeste del Duomo cabe destacar la Via Mercanti y Piazza Mercanti (Palazzo Ragione) con el pozo; al suroeste, la Via Torino, llena de tiendas y que conduce a Puerta Ticinese o a Sant'Ambrogio; al Noreste, la Galleria Vittorio Emanuele, Corso Vittorio Emanuele -con comercios de ropa, el centro comercial Excelsior, Ferrari o Disney, entre muchos otros- y la Iglesia de San Carlos. La calle termina en plaza San Babila, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre y la Colonna del Leone que es el antiguo emblema de la Puerta de Oriente. Para terminar, al Sureste del Duomo destacan la Plaza Fontana, el Museo del Novecento y el Palazzo Reale
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